PERFECCIONISMO
Una persona perfeccionista pretende mostrar una apariencia de equilibrio y autoconfianza e intenta ocultar la angustia, el sufrimiento y la confusión mental que tiene en su interior. No es capaz de disfrutar totalmente de las relaciones con los demás y tampoco se siente cómoda consigo mismo.
Siente la necesidad de ejercer el control de sí misma, de los demás y de su entorno, para intentar alcanzar lo imposible. Es una persona muy rígida e inflexible, ya que intenta ser demasiada perfecta en todo lo que hace.
Tiende a postergar muchas tareas, porque siente que las tiene que hacer a la perfección. En el intento de buscar la mejor manera para mejorarlas, muchas veces ternina aplazándolas, por el miedo a ser juzgada por los demás.
Tiene la creencia de que los demás la rechazará si comete un solo error, si ignora algo o manifiesta la menor imperfección.
Es importante diferenciar entre perfeccionismo y excelencia. Esta última es flexible y razonable, mientras que el perfeccionismo es rígido, compulsivo y perjudicial.
La persona que busca la excelencia no necesita hacerlo todo bien siempre. Permite equivocarse y se conforma con un resultado que no sea perfecto. Tiende a buscar el placer.
El perfeccionista, por el contrario, tiende a experimentar toda tarea como un examen, que reflejará su competencia. Está siempre preocupado y tenso. Y cuando logra la excelencia, rara vez logra disfrutar de ella.
Los principales rasgos de una persona perfeccionista son:
- Miedo a cometer errores.
- Miedo a hacer una elección equivocada.
- Gran dedicación al trabajo o al estudio.
- Necesidad de un orden o de una rutina firmemente establecida.
- Necesidad de conocer y respetar las normas.
- Necesidad de estar por encima de toda critica: moral, profesional o personal.
- Exagerada resistencia a ser presionada o controlada por los demás.
- Inclinación a la preocupación y a las dudas.
- Presión interna constante, para utilizar cada minuto productivamente.
- Sentimiento del deber, responsabilidad y justicia muy fuerte.
La persona actúa de manera preventiva, para asegurarse de que todo vaya bien y evita situaciones que pueda hacerle sentirse vulnerable.
No logra desconectar nunca, ni siquiera para divertirse. Las preocupaciones la acosan constantemente, mientras se esfuerza por hacer las cosas demasiado bien, esperando que la precaución, la diligencia y el sacrificio den sus frutos… algún día.
Tiene la convicción de que todo error es absolutamente inaceptable.
El perfeccionismo provoca miedo a la toma de decisiones, hasta al punto de que, la persona pueda tener dificultades en elegir qué restaurante ir o qué música poner.
Su vida familiar y social se ve perjudicada por la cantidad de dedicación y energía que dedica al trabajo o al estudio.
Si te ves reflejado en lo expuesto en esta página, llegó el momento de buscar ayuda psicológica. En Equilibrium Psicología, te podemos acompañar a que superes la autoexigencia y la necesidad de control, para que puedas disfrutar de la excelencia, sin tener que sufrir tanto, buscando la perfección en todo lo que haces.

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